Soy una respetable ciudadana harta de no disfrutar de un tranquilo paseo por la ciudad con su mascota.
Se hace un trabajo agotador el decidir a qué parque irás cada día a recibir las miradas inquisidoras, -o directamente las acusaciones- de otros ciudadanos y ciudadanas respetables también, pero intolerantes.
Prohibido perros, ¿de dos o de cuatro patas?
Ironías aparte, lo que sí es cierto es que en esta urbanidad que responde a un solo patrón no hay lugar para los animales.
Yo pago mis impuestos, no robo, no asesino, no extorsiono…
Recojo la caca de mi perro y cuando tengo oportunidad, sí, lo llevo suelto.
Constantemente tengo la sensación de estar cometiendo un delito y de estar perseguida por ello. En esta sociedad del único pensamiento también tiene que existir un único sentimiento, y lo que les molesta a algunas se prohíbe para todas.
¿Eso estamos transmitiendo a las futuras generaciones? Nula tolerancia a la frustración, terror a lo desconocido…
La Protección por la Protección.
De pequeña aprendí que el perro era el mejor amigo del hombre y hoy estamos quitándoles su lugar en el mundo.
A lo peor, mientras nuestras calles se llenan de coches contaminantes a los que nadie recoge la caca, estamos asistiendo al exterminio de otra especie animal sin darnos cuenta.
Aaay, si el amigo Félix levantara la cabeza…
¿Qué opinas?