“Hoy me confieso adicta al facebook. En cuanto tengo un momento libre me asomo a la pantalla conteniendo mis ganas convulsivas de escribir. En los ratos de lucidez me cuestiono si mi vida es una mierda… Hay gente seria, que utiliza el FACE para hacer negocios; hay otra gente que encuentra el amor de su vida… Yo lo único que consigo, es ahorrar unos cuantos euros de móvil chateando con mis colegas, que son las únicas personas que contestan mis comentarios…
…Pero lo más desconcertante, es que no recuerdo qué hacía cuando no existía el facebook!”
Este comentario que en su día escribí en el facebook un tanto irónica, intentando –a pesar de la limitación de caracteres- transmitir esa ironía a mis lector@s, fue respondido por algunas valientes personas en “tono serio y reflexivo”. Esto me inquietó.
Adicta al facebook
No soy yo la única “adicta” al facebook. Y me pregunto, ¿qué nos da el face?
¿Nos permite relacionarnos sin correr riesgos?
¿Nos avergüenza reconocer su utilización, porque significa reconocer carencias?
¿O es simplemente una consecuencia del individualismo que caracteriza nuestra época?
Una vez leí un comentario que me llamó la atención. “Los mejores momentos no se escriben en el facebook”.
Y mentalmente respondí, “los peores tampoco”.
Se plantea ahora una nueva Política de Privacidad, y yo me pregunto, ¿no es la privacidad ajena al facebook…?
En nuestro perfil, en nuestro muro… mostramos una imagen, que es percibida por la gente de muchas maneras; tantas, como personas existimos en el mundo.
Y yo me pregunto, ¿este fenómeno social, es la posibilidad de mostrar solo lo que quieres mostrar de tu persona?. ¿…De autoengaño, quizás?
Hay quien piensa que está a salvo de todo esto con la No Respuesta o la No Participación; pero el silencio también habla de nuestra persona, y el miedo desempeña un papel yo diría que fundamental en este teatro.
…Como decía Watzlawick, son muchos los factores que interviene en el proceso comunicativo; y quizás siendo conscientes de esto, podamos movernos por las redes sociales con menos miedo…
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