Al limite,
soledades.
Fatigas de trigo.
Hay una piedra
que lleva tu nombre
en el camino;
como en la vida,
queman el llanto y las risas
compartidas.
Dame de beber
tus lágrimas, peregrina.
En Córdoba hace años -en concreto diez-, se celebra un encuentro-festival de poesía, «Cosmopoética».
Y a pesar de mis críticas a un evento creado mirando hacia fuera, de una manera u otra siempre acabo participando.
Aquí estoy, dentro de los actos de Cosmopoética, en directo, recitando en un rinconcito precioso -uno de tantos- de Córdoba, el poema «CosmoCamino».
La grabación es de mala calidad pero el sonido es bueno.
CosmoCamino
Poema inédito Virginia Fuentes
Perennes de siglos
quedarán las piedras, que
no
me echaran de menos.
Y las plazas
y mis sombras.
Y los besos
que no me dieron.
Y sobre todo
los que me dieron.
No sé qué olvido,
no sé qué llevo.
Todo y nada
que perder. Tu cuerpo.
Alas de libertad
y viento.
Al final
espero queden las piedras
a mi regreso.
Quizás entonces
echándome de menos.

«…¿Acaso no me repugnan todas las paredes,
las calles, las piedras,
todo el barro, la bruma, toda la niebla,
todas las clases de tráfico?
A tí yo te querría
fluyendo encima de mí como el agua,
¡oh, pero fuera de aquí!
Hierba y praderas y colinas y sol
¡oh, suficiente sol!
¡Lejos y a solas, en medio de gente extraña!»
E. Pound
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