EL DOLOR
ESCRIBIR
es el paisaje desde donde contemplar.
El mirador
desde donde ver
a través de la niebla,
a través de los límites del horizonte,
sorteando y volando sobre ermitas, pastos y portillos.
Escribir la visión
en lo alto del monte,
el sendero, el helecho recién pisado,
la bellota que lanzamos hasta el riachuelo.
Escribir es insuflar (el viento del norte),
acunarlo al sonido del cencerro
y a las gotas de lluvia que se ahogan
en el charco del prado,
el movimiento del tractor
y la soledad del perro.
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