Sueño ácido
«Miguel recorría el sueño ácido.
Una vez más tras su orgasmo sólo quedaba
a mi lado un cuerpo abatido.
De nuevo descargué el peso de mi
comedia en el agrietado techo
y volví a concebir el viaje a Lesbos.
Deseaba llorar,
sin que despertase de su egoísmo
aparté la colcha para observar
la luna llena; un frío intenso ahogó
toda intención incluidas las lágrimas
y quedé dormida
entre contención, amor y odio.
Al despertar en un cálido abrazo
recordé lejanamente haber asistido
a la caída definitiva del mito masculino».
Cuerpo, Pensamiento y Sentimiento. RUDA

Poemas ácidos

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