«La mujer olvidada», película del 2011
En esta película, Elvira Minguez encarna a la gran protagonista de esta historia, Clara Campoamor -la mujer olvidada-, a la que no le tiembla el pulso para defender sus ideas ante todo un parlamento sin siquiera el apoyo de sus compañeros de partido.
Movida por la rebeldía ante el papel social impuesto a las mujeres, Clara es una de las primeras abogadas en abrir un despacho en España y la primera en muchas cosas.
Laura Mañá (actriz, guionista y socia fundadora de la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales), dirige esta peícula recreando una sociedad machista que no dista tanto de la de hoy.
Un siglo después
La falta de visibilidad femenina sigue siendo un problema que provoca serios prejuicios sobre las capacidades de las mujeres para acceder a puestos de responsabilidad, recibir galardones por su trabajo e incluso un salario acorde con la categoría profesional que desempeñan.
Existen barreras invisibles quelimitan el ascenso de las mujeresen la vida pública.
El techo de cristal impide avances profesionales y el camino al desarrollo laboral y personal. Esto, junto a la falta de reconocimiento hacia los logros femeninos -tanto por parte de hombres como de mujeres-, sigue siendo una asignatura pendiente de esta sociedad un siglo después.
Se hace necesaria la implicación de todos los sectores sociales para conseguir los movimientos necesarios para re-construir esta sociedad, y como decía Clara, hacerla más humana.
Recomiendo ver la película.
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Homenaje cultural a Clara Campoamor y Victoria Kent en el Círculo Juan 23, Córdoba
HOMENAJE A CLARA CAMPOAMOR Y VICTORIA KENT EN EL CÍRCULO CULTURAL JUAN 23.
(5-5-2014)
(…) Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras.
(«El voto femenino y yo». Editorial
Horas.Madrid, 2006, p. 107)
Clara Campoamor
Procedente de una familia modesta, estudió la carrera de Derecho al mismo tiempo que trabajaba, y se licenció en la Universidad de Madrid en 1924.
Al tiempo que ejercía su actividad como abogada, sus inquietudes políticas le llevaron a aproximarse a los socialistas y a fundar una Asociación Femenina Universitaria.
Con el advenimiento de la Segunda República (1931), obtuvo un escaño de diputada por Madrid en las listas del Partido Radical.
Formó parte de la Comisión constitucional, destacando en la discusión que condujo a aprobar el artículo 36, que reconocía por vez primera el derecho de voto a las mujeres.
La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos, no querían que la mujer votase porque se suponía que estaba muy influida por la Iglesia y votaría a favor de la derecha.
Por ello, el Partido Radical Socialista puso frente a Clara a otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres.
El debate fue extraordinario y Campoamor fue considerada como la vencedora.
Clara Campoamor
Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE –excepto el sector encabezado por Indalecio Prieto-, y algunos republicanos.
Los gobiernos de la República le confiaron otros cargos de responsabilidad, como la vicepresidencia de la Comisión de Trabajo, la dirección general de Beneficencia, la participación en la comisión que preparó la reforma del Código
Civil o la presencia en la delegación española ante la Sociedad de Naciones.
También fundó una organización llamada Unión Republicana Femenina.
No consiguió renovar su acta de diputada en las elecciones de 1933. Y abandonó España en 1938, ante la inminente victoria del alzamiento de los militares reaccionarios.
El subsiguiente régimen de Franco no le permitió regresar al país, de manera que permaneció exiliada, primero en Argentina, y, desde 1955 hasta su muerte, en Suiza.
Clara Campoamor fue una gran valedora de la igualdad de derechos de la mujer, en cuya defensa publicó numerosos escritos (como El derecho femenino en España de 1936, o La situación jurídica de la mujer española de 1938) y «La libertad se aprende ejerciéndola.»
Gracias Clara 🙂
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