
Mi reflexión de hoy es un toque de atención para que no caigamos en lo mismo de siempre.
Estos días atrás antes de las elecciones, he estado haciendo propaganda de PODEMOS por todas partes a las que iba. He tenido la sensación de que mucha gente, -no voy a decir todo el mundo, mentiría-, pero sí que he percibido en mucha gente su incredulidad, «…ahora le ha dado por Podemos»…
Podemos ser diferentes, ¿podemos ser diferentes?
No haría esta reflexión, si ayer en la concentración no hubiera recibido comentarios de compañeros justificando su incredulidad, «…yo es que no sabía que ahí estaba Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero…»
Sin menospreciar a Pablo Iglesias y a Juan Carlos Monedero por supuesto, pero como mujer no puedo dejar de sentir una cierta indignación.
Siento que sufro esa discriminación social estructural por ser mujer.
Esa idea subconsciente de que no tengo nada interesante que decir.
O lo que es lo mismo, que mi criterio no está avalado por ninguna mente lúcida bienpensante y masculina.
Por eso en estos tiempos de cambios que estamos viviendo, COMPAÑEROS!, no se puede llegar a la igualdad manteniendo los privilegios de siempre. Hay que hacer un ejercicio de renuncia.
¿Qué opinas?