Estaba ya procesada en actividades conspiratorias.
Mariana de Pineda
…Por toda Granada y su provincia se pregonó el precio de la cabeza del capitán huido, y en este momento empezó la condena de Mariana.
…Fueron años de peligros y persecución continua, hasta que a mediados de marzo de 1831, el acecho a que estaba sometida dio su fruto.
Tras una denuncia de que se borda una bandera para un alzamiento político, la policía encuentra en la casa de Mariana la bandera a medio bordar, con los lemas Libertad, Igualdad y Ley.
La realidad es que Mariana no bordó la bandera, aunque fue la artífice de la idea, quien compró las sedas y los hilos y lo encargó a dos hermanas bordadoras del Albaizín.
La policía forzó a las bordadoras a llevar la bandera a medio bordar a casa de Mariana, y cumplido el encargo se presentó a hacer un registro.

Desde un principio se negó a declarar los nombres de sus compañeras de causa. Le propusieron la libertad a cambio de la delación.
Ella optó por el silencio, y ese iba a ser su gesto legendario. Subía al patíbulo el 26 de mayo de 1831.
En «La Gaceta de Madrid», periódico oficial y único superviviente de la prohibición de prensa decretada bajo Fernando VII, se leía:
«El 26 de mayo último sufrió Granada la pena de muerte doña Mariana Pineda, vecina de aquella ciudad. Sorprendida su casa el 13 de marzo próximo anterior, se encontraron en ella una bandera revolucionaria a medio bordar y varios objetos análogos, y empezaron las diligencias por la política y seguida la causa por el Tribunal con toda actividad, el delito de doña Mariana Pineda ha sido probado plenísimamente.»
Mariana de Pineda sería irremediablemente una de las primeras piezas teatrales de Federico García Lorca; dijo de ella:
«Mariana Pineda fue una de las grandes emociones de mi infancia. Los niños de mi edad, y yo mismo, tomados de la mano, en corros que se abrían y cerraban rítmicamente, cantábamos con un tono melancólico que a mi se me antojaba trágico:
¡Oh!, qué día tan triste en Granada
que a las piedras hacía llorar
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar.
Marianita sentada en su cuarto,
no paraba de considerar:
«Si Pedrosa me viera bordando
la bandera de la Libertad»
Aunque hoy parezca extraño que a García Lorca le rechazasen una obra, el poeta vivió el calvario de los autores noveles. Lorca confesó que su obra Mariana Pineda «recorrió varios teatros y en medio de los más calurosos elogios, me la devolvían; unos por atrevida y otros por difícil».
A principios del verano de 1926 se conocen Margarita Xirgu y Federico G. Lorca. Este día el dramaturgo, le propone el estreno de Mariana Pineda. Lorca le pone en antecedentes de los rechazos que ha sufrido la obra por parte de varias compañías. La actriz resuelta le dice:
«No me importa, si me gusta la estrenaré».
Margarita Xirgu, le dio la imagen que él iba a admirar en la artista y en la mujer: su audacia en situaciones adversas.
Margarita sabía desde niña que la libertad hay que conquistarla. Esa apuesta por la estética y el compromiso la iba a llevar en ocasiones por caminos espinosos, pero en torno suyo se aglutinaría una vanguardia de gentes que amaban el riego que comportaba la rebeldía.
El 24 de junio de 1927, Margarita Xirgu encarnaba al personaje del drama lorquiano, en el teatro Goya, de Barcelona, con escenografía y figurines de Salvador Dalí.
La mutua admiración de la actriz y el autor adquirió perfiles entrañables; y no sólo en el terreno artístico, sino también en el social en el que protagonizaron gestos solidarios en pro de causas justas dentro y fuera de España.
Mariana Pineda era el símbolo de la rebeldía por la libertad.
Deja tu comentario, y si te parece interesante, suscríbete! 😉
¿Qué opinas?