Me he encontrado este cuento que me ha hecho sonreir 🙂
Premio de navidad, Virginia, 4º E.G.B.
«El tropezón», un poquito de inocencia
Llega el 6 de enero.
Es de noche.
Los reyes están a punto de llegar.
Cuando llegaron, el rey Baltasar tropezó con unos de los regalos que había puesto en la cama de Pedrín.
Pedrín, como era tan dormilón no se despertó con el ruido.
El rey Baltasar dio un suspiro de alivio: ¡ufff!
Por la mañana, Pedrín se despertó y vio uno de sus regalos rotos y empezó a llorar:
-¡Buaaaa! se me ha roto mi regalo.
La madre, que estaba en la cocina preparando la comida, y al oir los gritos de su hijo, fue apresuradamente a la habitación de Pedrín.
-¿Qué te pasa hijo?
-Me parece que uno de los reyes tropezó con este regalo y me lo ha roto. ¡Buaaa!
-Bueno no te preocupes. ¡Verás como todo se arregla.
No lejos de allí, el rey Baltasar vió con su potente vista a Pedrín llorando. El sabía que era por su culpa y entonces esa misma noche fue y le puso el mismo regalo que él había roto, pero nuevo.
Por la mañana, cuando Pedrín se despertó y vio su regado nuevo y se llenó de alegría y nunca se olvidó de: “el tropezón” de Baltasar.
Ahora sí, ¡¡Felices Fiestas!!
Virginia
Un cuento anónimo 😉
Una mujer se enamoró de un hombre que interpretaba sueños.
Él le dijo que todos los sueños de ella transcurrirían en los parajes de una estrella, y ella titiló de amor entre sus brazos durante muchísimos encuentros.
Un día él descubrió que ella era otra porque todos los sueños de ella empezaron a transcurrir en corrientes submarinas.
Los dos se pusieron escafandras y se bucearon los amores, y ella titilaba entre sus brazos como una estrella de mar.
Cada cierto tiempo, ella trasladaba los territorios de sus sueños; así fueron viajando por esos universos descubriendo las maneras de sus amores.
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