
Una historia digna de ser contada, Valerie Fletcher
Siendo una adolescente, Valerie Fletcher —su apellido de soltera— dejó huella en el colegio Queen Anne al declarar que de mayor quería ser secretaria de T. S. Eliot.
Valerie creía que sabía cómo era el poeta a raíz de la lectura de sus poemas, impresión que subrayó en una de las pocas entrevistas que concedió en su vida, al diario The Independent en 1994: “sentí que lo conocía como persona”.
En 1974 promovió y supervisó una edición de una de las obras maestras de T. S. Eliot, La tierra baldía (Cátedra, 2005).
Una mujer que sabía lo que quería.
En 1988 comenzó la edición de las cartas de su marido, que se publicarían en tres volúmenes, el último aparecido este año tras una demora de más de dos décadas.
Lo hizo porque el poeta, en un principio reticente a que estas misivas vieran la luz, solo concedió permitir su publicación si ella se ocupaba de todo, como finalmente hizo.
Los detractores de lo que en aquella época se conoció como las viudas literarias comenzaron a verter sus críticas y, como pudo ocurrir en otros casos sonados como el de Vannessa Orwell —viuda de George Orwell—, especularon sobre la cualificación de Valerie Eliot para hacerse cargo de tan preciada herencia.
Ante el cariz que tomó la situación, la viuda optó por salir del primer plano y llevar una existencia tranquila y solitaria en la casa que poseía el matrimonio.
Tal actitud no significó, ni mucho menos, una renuncia a ejercer la labor que se había impuesto.
La indignación de la crítica fue mayúscula cuando se negó a que se incluyeran fragmentos de los poemas de Thomas en alguna biografía, por ser este uno de los pocos encargos realmente rotundos que le dejó su esposo.
La situación, lejos de mejorar, se agravó cuando, sin embargo, permitió el uso de algunos poemas para el musical Cats de Andrew Lloyd Webber.
Aparte de esta cautelosa y contenida labor de difusión, Valerie Eliot donó 15.000 libras para poner en marcha el premio T. S. Eliot, el galardón literario mejor dotado económicamente de Reino Unido, además de fundar la organización benéfica Old Possum Practical’s Trust.
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