Nada más morboso, inquietante y preocupante que una mujer “experta” en sexo. Un terreno tradicionalmente liderado por el género masculino y tradicionalmente machista.
…Hay que remontarse muy atrás y voy a remontarme. Dije que iba a hablar de la “disfunción eréctil” pero eso será más adelante, cuando quizás ya ni haga falta.
Me remonto a cuando se pensaba, –aún pesa en el subconsciente colectivo-, que a las mujeres «buenas» no les gusta el sexo. Las madres, las novias, las hermanas… siempre han sido esos seres dedicados a complacer a los demás.
Ya lo decía Simone de Beauvair en «El segundo sexo»:
«la mujer», o más exactamente lo que entendemos por mujer (coqueta, cariñosa, etc.) es un producto cultural que se ha construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana…
Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas.
La frase que resume esta teoría es muy célebre: «No se nace mujer: llega una a serlo».
Es en esta tarea de reconquistar mi propia identidad, cuando decidí hacer mi primer curso de sexualidad. Descubrí que todo lo que creía saber del sexo era falso.
Eran falsos esos orgasmos de película que yo nunca alcanzaba, donde la mujer clavándose el pico de una mesa está gimiendo como una descosida, mientras su compañero mete y saca una y otra vez; mete y saca mil veces.
Me dí cuenta que yo no era rara. Estaba mal educada. Y el otro sexo estaba tan mal educado como yo. Mujeres y Hombres nos perdemos tantas cosas del buen sexo…
En la tradicional división de roles, el hombre es el centro de todo. Todo gira en torno a él. El que seguro llega al orgasmo es él, y tú puedes quedarte con una sensación amarga si todo acaba ahí.
Por eso me encuentro tanta fantasía con esto de ser Sexóloga. Los hombres temen no estar a la altura; y piensan que eres una máquina sexual. Pero sobre todo piensan, que sabrás satisfacerlos como nadie.
¡»Cuan lejos de la realidad»!. Si algo he ido aprendiendo, y aquí va un consejo, es a SER EGOÍSTA EN LA CAMA. A responsabilizarte de tu propio placer, a saber lo que te gusta y a pedirlo.
¿Qué fácil suena, no? Pues qué difícil es decirle a un hombre que no te está gustando lo que te está haciendo sin herir su sensibilidad… ni su seguridad… ni su hombría… que a la próxima no se le pone dura!!..
No soy marciana ni perversa y ME GUSTA EL SEXO.
Sigue siendo una asignatura pendiente de esta sociedad que nos afecta a todas y a todos, independientemente de la orientación sexual que tengas.
Estaría muy bien que habláramos hombres y mujeres, así podríamos seguir avanzando en el entendimiento y la comprensión mutuas… 🙂
¿Qué opinas?