Poc@s educador@s sexuales hablan del placer del sexo; la mayoría se limitan a la misión de extender el pensamiento científico, o sea, traducir la «polla» por el pene, y/o ponerle nombre a esa «cosita» que tenemos las mujeres entre las piernas y que se llama vagina.
Lo cual no está nada mal, aunque a mi entender pierde toda la carga erótica: «cómeme el pene…».
Claro que entramos en el campo de la subjetividad, la personalidad sexual, la permisividad social… y aquí cada uno y cada una puede decir lo que quiera; para gustos, colores…
En la diferente manera que tenemos los hombres y las mujeres de vivir la sexualidad desde la más tierna infancia, cabe hablar de la masturbación o el autoerotismo.
Tradicionalmente y por determinantes culturales, la masturbación se ha visto como una mala costumbre.
Quizás nuestra cultura judeocristiana ha castigado la práctica masturbatoria porque su fin es simplemente proporcionar placer, bien a un@mism@, bien a otra persona.

Todo lo que hace referencia al sexo, está determinado por la cultura en la que hemos nacido, y la masturbación no podía ser de otra manera.
Masturbación
Dentro de que en general, nuestra cultura ha castigado esta práctica, sabemos que con el sexo femenino, las restricciones han sido mucho más duras.
Con la masturbación se descubren las sensaciones placenteras que puede proporcionar el propio cuerpo y eso sirve para amarse y sentir confianza en una misma, algo que el patriarcado nunca ha visto buenos ojos.
Normalmente se silencia o difama la vagina. Es un órgano interno, más oculto que el pene masculino.
Sabemos que los chicos se masturban individualmente y en grupo, y hasta pueden hacer concursos de «a ver quién llega más lejos». Sin embargo para muchas mujeres, la práctica masturbatoria puede ser hasta negada.
Muchas mujeres de generaciones anteriores o de otras culturas, aún teniendo hij@s, no han sido capaces de disfrutar del sexo; y así es difícil saber qué te gusta y cómo te gusta para poder pedírselo al otr@, si no te has autoexplorado, entre otras cosas…
Capacidad orgásmica
Hay algunos mitos en torno a la masturbación femenina.
Según un artículo de la revista Psychologies:
Muchas veces se cree que el sexo sólo se hace en pareja.
Gran error, porque si no conoces tu cuerpo y tus necesidades, difícilmente conocerás las de tu pareja.
Las mujeres tenemos más capacidad y más vías orgásmicas.
La realidad pues, queda muy lejos de la teoría de Freud, para quien los orgasmos mediante la estimulación del clítoris suponen una forma infantil de gozar.
Para alcanzar el orgasmo, es importante el entorno para conseguir que la mujer se desinhiba. Es importante desactivar las zonas relacionadas con el estrés; aunque pienso que esto es fundamental para todo el mundo.
Una leyenda cierta es que ellas fingen.
A veces para dar por concluida una relación que no le está resultando placentera, o para reforzar la autoestima sexual de su pareja…
Resumiendo, conozcamos nuestro cuerpo y sintamos placer con él. PLACER. Intentemos dejar a un lado los prejuicios si los tenemos, relajarnos y disfrutar. 😉
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