Como el buen sexo que se vive en libertad, este blog solo va a seguir los criterios de mis impulsos; y hoy voy a hablar del culo, bueno del ano, que suena mejor.
Más allá del tabú, es posible usar el ano como órgano sexual, pues es una zona erógena y por lo tanto excitable. Contiene muchas terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas produciendo sensaciones placenteras tanto en hombres como en mujeres.
La nariz nos sirve para respirar, pero también para gozar del perfume de una rosa. Al igual pasa con nuestro orificio anal. Es difícil superar antiguas prohibiciones, pero tal vez sea éste y sus proximidades, donde se sitúa una mayor sensibilidad receptiva fuente de gratas sensaciones.
En el varón, la penetración anal produce una sensación de placer por estimulación indirecta de la próstata (órgano genitourinario masculino). Y si eliminamos la defecación como causa del no vivir el ano como zona erógena (¡Vete a la mierda!, ¡Vete a tomar por culo!) para hombres y mujeres, nos queda el terror que muchos varones sienten hacia la homosexualidad.
El ano es una zona erógena más, digna de ser explorada, hombres y mujeres del mundo.
Es imprescindible sin embargo, o al menos aconsejable si se va a realizar penetración, usar lubricantes, ya que al no estar destinada específicamente para ello, la zona no posee lubricación propia.
Para introducir un pene humano o un consolador de proporciones similares, es necesario usar una técnica de dilatación progresiva para ir logrando una dilatación cómoda del esfínter antes de penetrarlo. Tan simple como hacer las cosas con amor, suavecito, disfrutando y haciendo disfrutar de lo que haces.
También es recomendable en el coito, el uso de preservativo, porque el contacto entre las mucosas del ano y del pene es intenso; y no se considera sexo seguro, sobre todo por la posibilidad de la transmisión de infecciones de transmisión sexual.
Como podéis ver, el sexo es infinito… a disfrutar!
¿Qué opinas?