…»Paralelamente leía mucho a Kafka, quien me planteaba un mundo negro. Ahí creo que aprendí que el mundo, el orden, no lo era todo. Existía un imaginario prometedor, una especie de fiesta imaginaria: eso era la poesía. Esa otra realidad adquiere fuerza mediada por unas lecturas muy precisas, muy cercanas geográficamente: la de los poetas brasileños…»
Eduardo Milán, poeta, ensayista, y crítico uruguayo nacido en Rivera en 1952.
Su infancia se vio marcada por la trágica muerte de su madre cuando él tenía tan sólo un año y medio; y a partir de ese momento, comenzó su búsqueda, de una compensación a tanto dolor, de un canal para exteriorizar, esa carencia que tendría lugar en su vida.

Escudos humanos
A ese costo
recuperan peso las palabras,
gravedad,
pero no de plomo:
peso contra el plomo, detenerlo.
Gravedad, leves todavía de sonido,
moral. Cuando la morada
humana está en riesgo, ahora.
recuperan peso las palabras,
gravedad,
pero no de plomo:
peso contra el plomo, detenerlo.
Gravedad, leves todavía de sonido,
moral. Cuando la morada
humana está en riesgo, ahora.
De Habla (99 poemas, 2005)
No digan sus patas lo que no canté…
No digan sus patas lo que no canté.
Que las patas de los caballos no hablen por mí.
No soy el amante de la velocidad rizomada,
no es mía esa pelambre. No soy el fascinado por los haces
de luz que se refracta y se refracta,
haceres de cuenta de una deuda infinita,
ése son los demás, hacedores de nocturnos.
No hablen las patas por las palabras que no pude,
calle la caballería del insomnio.
Eduardo Milán

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