
del «gran estreno de la modernidad»,
del «enfrentamiento con la página en blanco»,
de la rítmica pirueta y
del contrángulo de la palabra,
de ultraístas y pájaros concretos,
de surrealizantes con sueños de
náufrago en vez de tierra firme,
cuántos versos te revelaron un mundo,
cuántos versos quedaron en tu corazón,
dime, cuántos versos quedaron en tu corazón?
Marco Antonio Campos
¿Cuántos versos quedan en mi corazón de todos los que comparto en esta página?
Sinceramente pocos.
Hoy, tengo la sensación, que das una patada y crecen poetas por todas partes, y eso que es un género para minorías, dicen…
Para mí, la poesía requiere un estado emocional de revolución, ya lo he dicho muchas veces.
En esa revolución vale la transgresión, la innovación, la honestidad, la dignidad, la libertad, el compromiso… pero no a cualquier precio.
Lo dice una poeta que hace tiempo que no se desgarra.
Mi poesía es transgresora y libre, incomprendida en su época, que es ésta.
Esta época de manida igualdad de géneros y de tanta hipocresía.
Porque cuando naces poeta y luego te haces una persona digna, no puedes darle la espalda a los sentimientos. Aunque no sean políticamente correctos.
Ésta, a vuestra salud! 😉
Escribiendo
me siento libre.
Y escribo.
Soy
mis pensamientos.
Escribiendo
se me ensancha el alma
y son libres mis oídos.
Nací para ello
y adoro mi destino.
Y porque molesta
mi pluma,
escribo.
Escribiendo
me siento libre.
Libre,
no me duelen
los castigos.
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