Hace siete años que sentía la necesidad de hablar de lo que implica ser criada por mujeres con graves carencias, víctimas de la socialización del patriarcado.
Para las mentes simplistas que limitan el feminismo a «tener igual salario que los hombres», tengo que decir, que las garras del patriarcado van mucho más allá.
El ser asertiva, el ser fuerte y rebelde ante lo establecido, son actitudes con las que algunas mujeres pagamos un duro precio personal y social, el de la soledad.
Y esto, no pretende ser victimismo, también aprendes a disfrutar la libertad, privilegio destinado sólo a unos pocos 😉
14-07-2022
El precio de volverse auténtica
…El anhelo de ser tú misma y el anhelo de ser cuidada, se convierten en necesidades que compiten entre sí, parece que tengamos que elegir entre una de las dos…
…Ante esta situación, puede resultar desgarrador constatar que tu deseo de empoderamiento o de crecimiento personal puede hacer que tu madre, ciegamente, te vea como una enemiga…
…esta creencia procede del dolor que te causa ver a tu madre sufrir por sus propias carencias y la compasión que te produce su lucha bajo el peso de las demandas del patriarcado. Sin embargo, cuando sacrificamos nuestra propia felicidad por la de nuestras madres, en realidad impedimos la sanación necesaria que produce llorar la herida en nuestro linaje materno…
…Para las madres que han sido especialmente privadas de su poder, sus hijas pueden convertirse en “el alimento” de su identidad atrofiada y en el vertedero de sus problemas. Debemos permitir que nuestras madres recorran su propio camino y dejar de sacrificarnos por ellas…
…El rol de cuidadora emocional nunca ha sido un rol genuinamente nuestro, simplemente forma parte de nuestro legado de opresión. Si lo miramos así, dejaremos de consentir que la culpa nos controle…
…Puede ser desgarrador sentir este anhelo y saber que nuestra propia madre no puede satisfacerlo, aunque hizo lo que pudo…
La ruptura del linaje materno y el precio de volverse autentica
Por encima de todo, sé tú.
Los sucedáneos no dan felicidad.