Con afecto, para Virginia en el día de la presentación de su segunda novela:
Con el tono de la voz segura de ti misma, con la educación de una convicción serena, con la emancipación de un vocabulario que comunica y expresa. Como la gran señora de las letras cordobesas expusiste tu discurso con el énfasis de lo riguroso y lo cierto.
Al calor de tu gente amiga, de la envoltura que todo lo concierne como ejemplo de escritora pródiga. Enseñante de lo cotidiano y lo poético con las manos ciertas y el corazón generoso.
Sin aspavientos, como tu eres genuina y decorosa, sencilla, sellando en tus labios el don de la palabra, el mensaje de quien escribe para comunicar un deseo ferviente que anida bajo tu piel. Era una tarde de abril con nublos anunciando lluvia, con la promesa de la tormenta sobre el cielo cordobés.
Laura Ortiz hizo un recorrido ameno y distinguido por el currículo de la autora, destacando sus virtudes, la creatividad como muestra de un estilo conciso, brillante y cultivado. Diversa y heterogénea en el arte, bien sea con el pincel, las manualidades o el tesón de escribir. Expuso con una mentalidad libre su dilatada historia como testigo redactora de una personalidad que nunca se rinde. Que avanza hacia la meta, que cosecha la gratitud de las páginas por donde discurre feliz, en la impronta segura del conocimiento que tiene de ella.
Busca la referencia y el norte en la novelística de los relatos para encontrar el resultado de una conclusión formando un todo. Elegante en las escenas entre personajes que los va sacando a la luz según va conviniendo a la desenvoltura de los hechos.
Autodidacta y con un aprendizaje que la supera cada día. Una mujer en continua ebullición de la perfección, inquieta por naturaleza, que canoniza la inspiración bien sea en la novela, la poesía o el relato.
Sufriente en el desenlace del devenir modernista en busca de la redacción con sentido y criterio propio.
Inconformista que recrea espacios, momentos, situaciones tan al uso como inesperadas.
Recrea paisajes, urbanidad, personas en el desarrollo paradigmático del eje por donde transcurre el motivo del tema que le inspira.
Perseverante como pocas en una conciencia que busca caminos, elementos esenciales por los que se adentra en la coexistencia, la elección de una consecuencia lógica para los asuntos llevados a la literatura.
La consecución de los fines con que eleva la dedicación a la noble tarea de plasmar ideas sobre el papel en blanco.
Todos disfrutamos con el desparpajo de la intelectualidad que le rodea, con esa forma suya de apegar al sentido común la fuerza viva del lenguaje que sale por su boca.
Cordial como siempre con los asistentes, con la tenacidad de los principios que la amparan.
Fue placentero asistir al encuentro con la espontaneidad y el verbo dicho sin mestizaje. Con la frescura de quien escucha una singladura disertadora sin remilgos a través de su corazón literario, razonado y deseoso de comunicar con sus lectores.
Besos. Saludos. José Francisco García Iglesias.
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