El pasado sábado día 10 de diciembre, celebrábamos el Día de los Derechos Humanos en Córdoba.
Varias asociaciones y colectivos organizaron un acto lúdico-informativo sobre la situación de las personas refugiadas y sobre Palestina.
Fue un día bonito e incluso participé; pero no deja de quedarme un sabor amargo.
Estamos viviendo tiempos difíciles, muy difíciles; y no tiene por qué irse nuestra solidaridad a ninguna parte.
Basta con mirar a nuestro alrededor.
Las diferencias sociales son cada vez más grandes.
Cada vez hay más gente en paro.
Malvivimos unas con subsidios (que suena a suicidio) de 400€, mientras nos relacionamos con nuestra gente de siempre que -mientras estén trabajando-, mal que bien, pueden permitirse continuar el ritmo de vida que hemos llevado siempre..; otras familias malviven con todos los miembros en paro y tienen que repartirse el suicidio -no!-, el subsidio entre todos mientras mantienen a menores o enfermos…, y siguen y siguen aumentando los recortes de presupuestos públicos para fines sociales.
Sí, la gente está pasando hambre y necesidad en esta guerra fría de este primer mundo desnaturalizado y descafeinado.
Es global la desigualdad, es global el pisoteo de los derechos humanos, y es global mi decepción.
Yo no sé esta Unión Europea dónde nos va a llevar 🙁
¿Derechos Humanos?
A veces siento que soy una pesada, que siempre estoy con lo mismo…
Pero no puedo callarme mientras veo a nuestros gobiernos continuar con ese ritmo de vida indecente.
Los pesados son ellos, que engordan sus barrigas a costa de nuestro dolor y nuestra dignidad; son sanguijuelas que nos chupan la sangre y nos roban la vida.
Vikynga
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