Ya sabes que me va eso de la Literatura.
Hay temas recurrentes en mis historias, como el Sexo. Me formé en Sexología más por necesidad laboral, que por otra cosa. O el Género, que no puedo obviarlo, por necesidad, rebeldía y por derecho.
Nuestros comportamientos y sentires están determinados por estas cuestiones culturales que marcan inevitablemente la manera que tenemos de vivirnos unos y otras.
Os dejo un pequeño relato, que aparte de la identidad sexual, también podría abrir un debate sobre las redes sociales… Pero para eso tendríais que participar! 😉
Tecleando tu sexo
- Tengo una solicitud tuya de amistad, ¿quién eres?
- Me llamo Mónica. Algún amigo de los que tenemos en común me sugirió que te agregara.
- Me gusta tu foto de perfil, es muy sugerente, me encanta el morbo…
- ¿Y cómo te llamas?
- Me llamo Pedro… ¿y a ti, te gusta el morbo?
- ¿Tú qué crees?
- Dímelo tú, dime lo que te gusta…
- Tú primero…
- … me gusta que la chica se insinúe…
- … pues a mí me gusta que el chico sea un poco descarado…
- ¿Cómo de descarado?… ¿que te toque el culo sutilmente cuando te salude?… ¿o que te suba la mano por las piernas sentados en cualquier sitio…?
- Por ejemplo…
- … qué morbosa eres entonces… ¿Y qué más te gusta…?
- Me gusta que me hablen al oído… y tú, ¿cómo eres de descarado?
- Soy de descarado igual que tú de morbosa… ¿Qué te gusta que te digan mientras te dan?
- Tú dime lo que quieras que me estás poniendo cachonda.
- ¿Tienes ganas de un buen rabo?, si eres de las que maman bien, tengo algo para darte.
- Pues dame que chupe.
Tecleando tu sexo
Después de masturbarme desesperadamente le pedí a Mónica el teléfono como si me fuera la vida en ello. La llamé insistente tres veces, y tres veces colgué pensando que me había equivocado al marcar el número.
Quemé mi último cartucho desconcertado y volví a llamar más tarde pensando que quizás Mónica me había dado un número erróneo.
Esa vez no colgué cuando de nuevo oí la voz ronca y masculina que me dijo:
- No te asustes Ramón, soy Mónica.
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El encuentro de dos personalidades es como el encuentro entre dos sustancias químicas; si hay alguna reacción, ambas son transformadas (Carl Jung)