Algunas veces una tiene la necesidad de ver el lado bueno de las cosas.
Y cayó un contrato de trabajo en Villarrubia; eso fue en octubre.
En eso que llama la inmobiliaria diciendo que quedaba vacía una vivienda por las parcelas, justo donde habíamos estado mirando mi compañera y yo; urbanización Las Perlas fase II, calle Trebol B.
Aparentemente la vivienda tenía todo lo que queríamos para nosotras y nuestros animales; pecamos de ingenuas e inocentes.
Solo dos meses han tenido que pasar para darnos cuenta que estábamos en una casa sin unas mínimas condiciones aceptables para vivir. Creo que primero fue la puerta de entrada a la casa, ¿o fue el atranque del desague del lavadero de la cocina?, ¿o la puerta de «hierro» que nos da independencia?, ¿o la instalación de luz que casi nos sale ardiendo?… por no hablar del techo de uralita o del termo eléctrico, que no calienta agua para dos personas; o del cable que sale de nuestra casa hasta las instalaciones del casero, o la caca de sus gallinas que duermen en una parra que hay en nuestro «patio»; o las cadenas de tv que no se veían y el casero dándonos largas… hasta la dirección del contrato no coincide con la realidad.
Y es que esa nave se construyó para animales, y la están alquilando como vivienda.
Con este percal, no es extraño que en este segundo mes tras pagarle la mensualidad y un facturón de luz, tuviéramos unas palabras con él.
En eso estábamos cuando su «señora» -a la que por antipatía evitábamos cada vez más-, se metió en medio de la conversación a defender a «su hombre».
Después de algunas palabras, nos quitamos de enmedio y nos fuimos a pasar el día fuera.
Sobre las ocho y media llegamos a casa y nos encontramos una encerrona.
Toda la familia alrededor de una hoguera. El casero, la que es su señora, el hijo del casero, el hijastro del casero (hijo de la señora), y una amiga de la señora; lo de señora le queda un poco grande.
Querían provocarnos. Dijimos buenas noches y no nos contestó nadie. Pero como seguimos para nuestra casa, el hijastro del casero, un tal Alex, se vino para nosotras hacia nuestra puerta hecho un energúmeno, diciendo no se qué de su madre.
Golpeó a Paqui -que iba detrás mía-, la tiró al suelo, le tiró las gafas, le ha roto el móvil; le ha fracturado la nariz y yo me llevé otros dos puñetazos.
Gritos, sangre… y Alex encerrado tras las faldas de su mamá. Cobardes.
Lo más triste de todo es que esta mujer vino de Rumanía escapando de un hombre que la mal trataba; a ella y a sus hijos 🙁
Ahora nos queda una pofunda sensación de tristeza.
Después de los partes de lesiones, de la denuncia y de esperar el juicio, nos urge marcharnos de este lugar.
Estamos en búsqueda activa, pero con las fechas en que estamos, nos está costando trabajo.
Si nos marchamos antes de enero no tendremos que pagarle nada más, en eso quedó nuestra abogada.
Así que buscamos vivienda que no esté amueblada, en buenas condiciones, a ser posible con tres habitaciones y un patio para nuestros animales, Córdoba y provincia. Si alguien sabe de algo, ponerse en contacto conmigo por favor. Tenemos nómina y pensión. Somos buena gente.
Gracias
Esta soy yo y mi ojo morado después de la agresión.
Nunca imaginé sufrir esto en carne propia.
Ya os contaré la historia porque esto hay que contarlo 🙁
Tres meses después
Hoy es 25 de marzo y estoy releyendo la entrada.
Me entran ganas de eliminar el post, como si eliminando la historia pudiera hacerla desaparecer.
No es una sensación agradable.
Eres agredida y te sientes culpable por contarlo, por mostrar los trapos sucios tal como son.
Socialmente parece que las mujeres tenemos que aguantar hasta el final; si no es que somos muy difíciles, nuestro carácter díscolo merece ser acallado aunque sea a golpes.
Siete meses después
Mi memoria casi ha borrado este triste suceso y todavía no ha llegado el juicio.
Entre tanto ha pasado por nuestras vidas la cruel «Manada» que parece que se va a «ir de rositas», quieren encerrar a Juana Rivas y se lucha por su indulto, en los mares mueren y continuan muriendo personas que ahora se llaman «migrantes», Israel y Palestina siguen en guerra, Siria también… ¡cuántas cosas!.. 🙁
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Di k sí Virginia cuéntalo Alto y claro y que no te falte ni un solo detalle de la agresión!!
BASTA YA!