Quiero expresar mis sentimientos. Para eso necesito tener valor y sincerarme, porque desgraciadamente nuestra comunicación emocional deja mucho que desear.
Vivimos en la sociedad del consumo. Nos venden lo que compramos, y compramos lo que nos venden.
Nos venden mentiras, chabacanería, apariencia, envidia, competencia… Y las compramos, ¡vaya si las compramos!, sin salir de casa, con un solo clic, nuestra cajita mágica nos lleva a un mundo ficticio que solo existe ahí; y haremos todo lo posible para que nuestra realidad se parezca lo más posible a ese engaño.
El resultado es una sociedad fragmentada, dominada por el miedo, temerosa de nosotras mismas.
🙁 Tengo problemas en el trabajo. Estoy viviendo una situación límite y lejos de recibir respuesta, lo que me encuentro es insolidaridad, mucho egoísmo y muchas hienas haciendo leña del árbol caído.
Me pregunto por qué necesitamos machacar a una persona para sentirnos alguien.
Justificamos nuestro mal comportamiento demonizando al otro.
Parece que se nos olvidó eso de amar al prójimo, de haz el bien y no mires a quien… es de débiles eso, «no se lleva»… 🙁
Ayer los viejos, los pensionistas nos han dado una lección. L@s que «no valen para nada», «los de antes», «los no productivos», nos vuelven a enseñar que la unión hace la fuerza. Si entre la juventud, entre las que ya no somos tan jóvenes… hiciéramos piña, no aguantaríamos tantos abusos; pero tenemos esto tan integrado que parece parte de nuestra vida, tenemos tan asimilado que nuestra sociedad está rota que ni se nos pasa por la imaginación que puede existir otra cosa.
Me da mucha pena como está el mundo; este mundo globalizado me ha globalizado el alma. Las noticias son un asco, agresiones machistas, abusos sexuales, guerras… A veces yo misma me canso de escucharme, me encantaría tener otro discurso, pero es que la realidad me resulta vomitiva.
Así que voy a centrarme en las cosas buenas que tengo. Una compañera maravillosa, unos animalitos encantadores y una casa estupenda en Villafranca , que no es poco. Estoy muy contenta desde que he llegado a este pueblo.
Por lo demás y por irónico que parezca, deseando acabar este contrato laboral para centrarme en mi nueva vida como villafranqueña 😉
¿Qué opinas?