De nuevo llega el 8 de Marzo.
Este año se propone una Huelga Internacional Feminista, algo que cuando yo empecé a militar allá por el 1997 nos parecía una utopía; y además parece que va a tener repercusión.
«Si las mujeres se paran el mundo se para», «Más amos de casa y menos dueños del mundo», eran frases que ya gritábamos entonces.
Cada vez hay mayor conciencia social, cada vez más mujeres que desempeñan el rol tradicional se rebelan, cada vez se visibiliza más la violencia de género, cada vez las manifestaciones reivindicando un papel activo de las mujeres en la sociedad son más multitudinarias… y aunque ahora mismo por circunstancias, no milito activamente, me siento parte del movimiento feminista de Córdoba y orgullosa de todo esto.
No puedo dejar de recordar a las mujeres cercanas de las que tanto he aprendido, Carmen Ruiz, Carmen López Román, Lola Jurado, María… y a mis compañeras de la Asociación de Promotoras por la Igualdad de la Mujer; bueno, y a tantas y tantas mujeres luchadoras que han existido a lo largo de la historia y a las que le debemos hasta el derecho a hablar: Clara Campoamor, Victoria Kent… y muchas en tantas partes del mundo.
Ya parece claro que las mujeres tenemos derecho a hablar, a quejarnos y a reivindicar. Pero si algo echo en falta en el día a día y que nos hace mucho daño a las mujeres como individuas y como colectivo social, es la sororidad- solidaridad entre nosotras.
Las peores juezas que tenemos las mujeres somos las propias mujeres que solemos ser muy crueles entre nosotras mismas, y no hace falta que esté en juego la aprobación de un hombre; que ya sabemos muy bien hacer leña del árbol caído.
Bueno este 8 de Marzo a diferencia de otros, sí lo vivo como una celebración, y por supuesto iré a la huelga.
Voy a participar en la huelga para reivindicar:
- el derecho al trabajo en unas condiciones dignas
- un sueldo digno
- nuestra historia
- y la solidaridad entre nosotras.
Buena semana!!
Virginia
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