Todo empieza cuando he comenzado a leer el libro “Morder la manzana” de Leticia Dolera.
Me ha hecho volver la vista atrás y quiero compartir reflexiones con respecto al feminismo.
Antes quiero contaros un cuento:
«La caja de Pandora»
Según la mitología griega, cuando el osado Prometeo robó el fuego al dios Sol, Zeus (el rey de los dioses) entró en cólera y ordenó crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Entre unos cuantos dioses, la fabricaron con arcilla, le proporcionaron formas sugerentes, la vistieron elegante y le concedieron facilidad para seducir y manipular.
¿Os suena esto?
A mí me huele a principio, a la historia de Adán y Eva.
Adan y Eva, Óleo, Humberto Gómez Muñoz, Colombia
Continúo con el cuento:
Zeus dotó de vida a esa mujer y la envió a casa de Prometeo. A pesar de estar advertido de la posible venganza del rey de los dioses, aceptó la llegada de Pandora y se enamoró perdidamente de ella; la tomó por esposa.
Pandora traía consigo una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también todos los bienes. Uno de los bienes era la Esperanza, consuelo del que sufre.
Por aquel entonces, cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza. Pandora, víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.
Pandora corría a consolar a los mortales hablándoles de la Esperanza, ya que estaba a buen recaudo.
Continuará
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