Yo, Yo, Yo y Yo.
El universo,
mi universo.
Nadie mira como yo;
nadie habla como yo
y nadie llora como yo.
Yo y mi pena.
Yo y mi coche.
Yo y mi móvil.
Yo y lo mío.
¿Y tú?
Tú, Tú, Tú y Tú.
El universo,
el tuyo.
Nadie mira como tú;
nadie habla como tú,
nadie llora como tú.
Tú y tus penas.
Tú y tus coches.
Tú y tus móviles.
Tú y tus prisas.
Y aquél…
¿Aquél?
no sé quién es.
Algunos comentarios de mi Club de Escritura:
«Aquél probablemente seas tú, gracias».
«Virginia, qué bien retratas el individualismo que nos consume y no nos deja ver la inmensa belleza del todo.»
«Siendo sincero, me pareció un texto muy común, demasiado, con expresiones oídas infinidades de veces por aquí y por allá. El hecho que escribamos un poema sencillo, no significa que los versos tienen que ser lugares comunes.»
«La soledad y el aislamiento cada vez mayor del ser humano y su egoísmo. En pocos versos aparentemente inocente, dices mucho.»
Y a tí, ¿te dice algo este poema?, me gustaría leer tu opinión 😉
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