Si no hay perros en el cielo, cuando muera quiero ir donde ellos fueron, Will Rogers
Esta es una historia real que no tiene final feliz, como tantas… 🙁
Estos meses atrás cada vez que sacaba a mis perros me encontraba con un perrillo marrón abandonado, un podenco de pelo largo.
Al principio me hacía gracia.
Cuando llovía me lo encontraba todo mojado con esos pelos, su carácter distante, orgulloso… hasta que dejó de hacerme gracia y empecé a preocuparme por él.
Cada vez tenía más mala cara, estaba más delgado y los parásitos engordaban a su costa.
Decidí mejorarle la vida al animal; no me lo traje a casa porque tengo dos perros y una gata -no era cuestión-, pero fui a la veterinaria y le compré sus pastillas de desparasitación interna y externa.
Entre este gesto, la comida y el agua que no le faltaba, “Marroncito” andaba más derecho y hasta le vi mover la cola desde la terraza cuando se encontraba con algún perro.
Entonces apareció otro personaje, “Blanquito”. Blanquito estuvo dos días debajo de mi balcón en el césped casi sin moverse; o le habían pegado o le había atropellado un coche.
Entre la comida y el agua que las almas caritativas le bajábamos, el animal parecía que se estaba recuperando. Tenía una guita en el cuello, parecía que había estado atado, la había mordido y se había escapado; todavía sigue con el plástico en el cuello, es muy asustadizo y no hay manera de acercarse a él para quitársela.
Ha habido un tiempo que parecía que Marroncito y Blanquito –siempre estaban juntos- eran felices.
Otro día apreció otro perrillo blanco también, con los ojos claros, con unas orejas muy grandes y una delgadez ofensiva. El “Orejas” se lo comía todo, la comida que le correspondía y la que no, hasta que el animal poco a poco ha ido estabilizándose.
A partir de aquí la historia deja de ser bonita y empieza una de cruda realidad.
Desechos animales
Los esfuerzos por encontrarles hogar a estos animales no han dado frutos. Ni protectoras, ni casas de acogida, ni particulares… demasiados perros abandonados. Mucha pena, muchos buenos deseos, pero nada más.
A nuestros tres personajes se han ido uniendo esporádicamente algunos otros. Pero Marroncito ha resultado ser Marroncita y le ha venido el celo.
La han preñado entre todos los perros de Villafranca. La pobrecita entre el calor que nos ha venido de repente y tanto macho grande, se echaba en el suelo y ni se veía. O la revientan los machos o la revientan los cachorros.
A Blanquito lo ha vuelto a pillar un coche. El animal casi ni anda y en su debilidad es carne de cañón para los otros machos que ya lo han atacado. Se le oye gritar de dolor.
Y ha empezado para mí un calvario interior. Comienzas a preguntarte si merece la pena bajarles de comer y de beber, o llevarlos al veterinario para que continúen en la calle.
Desechos animales
No quiero seguir contribuyendo a su agonía, así que llamé al Ayuntamiento para que pusieran solución. Pero había cosas más importantes que unos perros.
Haciendo de tripas corazón llamé a Sadeco, control animal, para poner fin a esta situación que no puede acabar bien de ninguna manera.
Sadeco me remite de nuevo al ayuntamiento; parece que nadie quiere responsabilizarse de las consecuencias de la dejadez humana, aunque haya mucha gente viva a costa de los perros: veterinarias, tiendas de animales…
Para pedir dinero, se ponen serios con el tema de las mascotas, pero lo que cuesta mantener una, que si el microchip, que si las vacunas… pagar, pagar… para que ni siquiera tengan derecho a un parque público y te echen de todos lados porque vas con el perro.
Por un lado el negocio de los animales y por otro el ninguneo sin compasión. Parece que estos perros ni siquiera merecen tener una muerte digna.
Con este escrito lo que quiero dejar claro son las consecuencias que tienen nuestros actos. La dejadez humana, la falta de humanidad condena a otro ser vivo al sufrimiento.
¿Dónde quedó aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre?
Esta historia no deja de producirme dolor.
Esta sociedad va por muy mal camino con tanto maltrato, se ceba con lxs «débiles».
No sé cómo va a acabar todo esto, seguro que mal.
Pero esta entrada la escribo en homenaje a ellos.
Algunas frases por si nos remueven las conciencias:
🙂
Los perros no son todo en nuestra vida, pero llenan nuestra vida entera, Roger Caras
El perro promedio es mejor persona que la persona promedio, Andy Rooney
Mientras más conozco a los hombres, más amo a los perros, Charles de Gaulle
Los perros nunca me muerden. Sólo los seres humanos, Marilyn Monroe
Algunos de mis mejores hombres han sido los perros y los caballos, Elizabeth Taylor
Los perros son mudos y obedientes, pero nos han observado y nos conocen. Pueden oler qué tan miserables somos, Tove Jansson
El «Orejas» se dejó coger y conseguimos llevarlo a una protectora y lo han adoptado. Está muy bien y feliz 🙂
Blanquito murió. Y a la podenquita después de amputarle una pata, la adoptó «Canguro Canino».
(Actualizada 26-09-2020)
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