Cuando una mujer se sale del rol tradicional comienza a ser incómoda; no sólo para «los hombres», para «las mujeres» también. Dejas de complacer, de ser prudente…
Comienzas a hablar claro, a decir lo que piensas… y eso trae problemas.
Esta entrada merece ser recordada para seguir avanzando como sociedad. 😉
No te enamores…
(Actualizada 06-06-2020)
Hay que reinventar el género masculino.
Las mujeres llevamos tiempo trabajando en este tema unas con más o menos aciertos, otras con más o menos prisa. No hay duda de que las mujeres estamos en ese camino; al fin y al cabo, en esto de la división de roles, el femenino se llevó la peor parte.
Es como el racismo, fueron los negros los que empezaron la lucha contra la esclavitud.
Pero el camino de la igualdad no es tan simple ni tan fácil.
Paradójicamente y según la tradición, las mujeres hemos sido las encargadas de la educación de los hijos e hijas, y hemos sido las «responsables» de perpetuar este sistema.
Encontramos muchos desencuentros entre nosotras mismas. No estamos ni mucho menos a la misma altura del camino unas y otras. Algunas hemos llegado a una parte, otras están a mitad del camino, y otras ni siquiera han empezado a andar…
Y resulta que caminando por este sendero, además, nos tropezamos de frente con el género masculino.
Simone de Beauvoir decía en «El segundo sexo», que hay que atacar toda la estructura sobre la que se asienta la supremacía masculina desde todos los puntos de vista (sociológico, antropológico, histórico…).
Y es que cuando se parte de esta posición de privilegio estructural, se entiende tanto temor al cambio, tantas reticencias que afloran cuando se aborda este tema.
Simone de B. también decía que “la liberación de las mujeres es una condición ‘sine qua non’ para la liberación de los hombres”.
El cambio que se está haciendo necesario, la transformación que socialmente necesitamos para llegar a encuentros, tiene que nacer de adentro. Tiene que partir de una reflexión sincera, desde el sentimiento y la honestidad.
Y la expresión de los sentimientos es la asignatura pendiente del género masculino.
Es cierto que las cosas están cambiando y afortunadamente hay excepciones que confirman la regla, pero hay mucho postureo en torno a este tema por ambas partes, y queda mucho camino que recorrer.
Los cambios duelen. El conectar con tu interior no es fácil y esta sociedad no acompaña.
Si hay algo de lo que estoy muy segura, es que estamos viviendo una profunda crisis de valores. Esto de la igualdad se está convirtiendo en una guerra absurda que nos está haciendo mucho daño como sociedad.
He estado buscando un poema que leía hace años en clase en los talleres de igualdad pero no lo he encontrado. Entre otras cosas decía “…por cada mujer que no ha tenido acceso al trabajo y a la educación, hay un hombre que tiene que asumir toda la responsabilidad económica de otro ser humano…”
Hablemos y discutamos para ir encontrando un camino que seguir donde quepamos todas las personas humanas. Dejemos de matarnos. Dejemos de maltratarnos. Dejemos los miedos absurdos. Dejemos de utilizar a los hijos para hacernos daño.
Respetémonos. Nos necesitamos.
Os animo a visitar otras entradas de esta web. En Historias en femenino, Identidades, podéis encontrar información sobre nuevas masculinidades.
(Entrada publicada el 11-06-2018)
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Si deseas cambiar las cosas que te ocurren, debes entender en primer lugar por qué te pasan. Y para entender esto has de estar dispuesto a conocer la verdad, aunque a veces duela. Muchas personas podrían ayudarte a mejorar y, sin embargo, prefieren no hacerlo porque saben que no te va a gustar cómo vas a reaccionar. (Mario Alonso Puig)