Esto está llegando a límites insostenibles. Nuestros jueces, nuestros políticos… estamos en manos de delincuentes, de asesinos que cambian las leyes a su antojo, y pisotean sin piedad nuestros derechos más fundamentales.
Esto me recuerda a una película del oeste, una «ciudad sin ley» gobernada por un sherif corrupto que es salvada por un valiente justiciero que acaba con la corupción a tiros y a golpes.

Lo que pasa que en este país, somos nosotros los justicieros, ¡a ver si nos enteramos!!, tenemos que ser valientes para derrotar a puñetazos si hace falta a estos ladrones de traje y corbata, que en realidad son unos pijos que no han trabajado en su vida, unos títeres de la Élite global. Me pregunto qué será de ellos cuando ya no les sean útiles, cuando dejen de comprarlos porque no sean necesarios para la élite.
Para entonces, si no acaban con vosotros vuestros amos, nuestro odio va a poder con toda la morralla política, económica y judicial que nos gobierna. Porque pagaréis por todo lo que nos estáis haciendo.
¡Espero que no tardemos mucho!
…Id buscando escondite…
6-2-2022
¿Quién controla a los que controlan?, es una pregunta que me he hecho muchas veces.
“Hay que cumplir la ley”, pero ¿quién hace esa ley?, ¿quién se la inventa?…
A lo mejor se llegó a un acuerdo tras una resaca, o tras una pelea con la pareja y es una ley cargada de frustraciones… Y ahí estás tú obligada a cumplir esa ley absurda, a pagar una multa -por ejemplo-, sin que se tengan en cuenta tus argumentos, porque acordaron que no cabe recurso…
Acordaron, ¿quiénes?
No nos olvidemos que demasiadas veces, algo legal, no tiene por qué ser justo.
Además, el artículo 14 de nuestra Carta Magna establece que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
¿Alguien se cree esto?
Cuántas veces oímos a los políticos eso de “la justicia es igual para tod@s”; y se quedan tan panchos, oye…
Nuestra Constitución Española de 1978 -para quien no lo sepa-, otorga tres figuras jurídicas para «proteger y garantizar» el desempeño adecuado de la función pública: la inviolabilidad, la inmunidad y el aforamiento.
La inviolabilidad supone la exención de responsabilidad penal para quien ejerce un cargo concreto, principalmente los parlamentarios y el Jefe del Estado.
La inmunidad reside en los parlamentarios y, aunque no impide la aplicación del Código Penal, obliga a encauzar un procedimiento especial para llegar a sentarse en banquillo.
Y el aforamiento. Un aforado es una persona que, por ejercer un cargo público o por su profesión, goza de una serie de derechos, entre los que se encuentra que en caso de ser investigado por un delito, debe ser juzgado por un tribunal distinto al que corresponderá a un ciudadano “normal”.
No hay que ser muy entendida en leyes para afirmar que estas tres figuras jurídicas, para nada garantizan el buen desempeño de la función pública. Al contrario.
A los ladrones y corruptos de traje y corbata, les da alas.
Es más, es una clara diferencia y discriminación de los poderosos con respecto al resto de los mortales.
A lo mejor estas prerrogativas tuvieron sentido en el momento de crearse, o sea, en 1978. Pero ahora y tras la historia de corrupción que tenemos en España, creo que es el momento de que lleguen a su fin, si es que queda decencia.
Todo esto es a raíz de los escándalos protagonizados por Juan Carlos I, nuestro rey emérito, como lo llaman ahora.
Para quien no lo sepa, emérito o emérita, es la persona que se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios. Así que además de rey, emérito…
Ya que sale a la luz la monarquía y la Constitución, yo no me trago ese cuento de que la Constitución no se puede cambiar; de hecho se modifica a merced de los inviolables, los inmunes y los aforados.
Por ejemplo, se modificó para que la princesita Leonor pudiera reinar.
Casi siempre me cuesta cumplir las leyes, entre otras cosas porque veo cómo unos cuantos y unas cuantas, se lo montan muy pero que muy bien.
Es hora de cambiar muchas cosas. Esto huele demasiado a “yo me lo guiso, yo me lo como”.
¿Quién controla a los que controlan?
(Actualizada 11-06-2020)
Es una pregunta que me hago cada vez que oigo en las noticias alguna barbaridad; que vamos de una en otra.
La gente con poder económico-político acallan sus conciencias con aquello de que el poder judicial hace su trabajo.
Y a estas alturas… ¿quién cree en la independencia del poder judicial?
A los hechos me remito, la justicia no es igual para todas ni mucho menos, ahí tenemos al duque “em-palmado”; por cierto ¿cómo le irá a Iñaqui en Suiza?
…¿Estaremos ante la tercera guerra mundial?
Suena alarmista, pero estamos dejando a demasiados fantoches hacer lo que quieren.
¿No aprendimos con la Alemania nazi?… por ejemplo… parece que no.
Hace tiempo que no escribo; mire por donde mire sólo puedo hacer un discurso indignado y derrotista.
Crecen los extremismos, se radicalizan las derechas, continúa el negocio armamentístico (Siria, Nigeria, Irak, Gaza, Congo, Ucrania, Sudán…), se extreman las políticas para frenar la inmigración (ahora migración), continúa el tráfico de personas, las muertes en las pateras, los refugiados, los asesinatos machistas, el desempleo, la precariedad…
Lo que está claro que esta crisis es mundial; que las crisis económicas siempre van acompañadas de crisis de valores.
Urge.
Tenemos que reinventar el mundo.
Y eso duele.
David contra Goliat
En el planeta tierra, en este país, en esta ciudad… hay suficiente riqueza como para que todo el mundo pueda vivir sin problemas.
¿Por qué mientras unos viven en mansiones (una en verano y otra en invierno), otros no pueden pagar el alquiler?, ¿por qué tenemos que mantener instituciones absurdas como la hereditaria monarquía?, ¿la clase política, por qué tiene tantos privilegios?, ¿el gobierno, por qué apuesta por defender los intereses de la banca?, ¿qué pasa con el reparto de la riqueza que nos ha vendido el estado del bienestar?, ¿dónde está el dinero público?… ¿por qué…?, ¿por qué?… ¿por qué…?
Demasiadas preguntas sin respuesta.

Pero no tenemos suficiente con sobrevivir a esta situación en la que nos encontramos; aún hay más.
El estado del bienestar nos ha vendido también el conformismo. Y con objeto de evitar el malestar social, “Papá Estado” acalla impunemente las voces críticas. Parece que esta democracia deja bastante que desear.
¿Por qué este 1 de mayo un sector de la sociedad cordobesa no ha podido ejercer su derecho a expresarse libremente por las calles?… Por manifestar en una canción su disconformidad con la monarquía, un compañero es denunciado, hay muchos artistas que sufren esta persecución, ¿por qué?…
Parece que no tenemos ni derecho al pataleo…
¿Quien limita a los que limitan?
Si estamos dirigidas por corrupt@s, ¿quién limita a los que sancionan?, ¿quién limita a los que gobiernan?, ¿qué sector de la sociedad tiene el poder de aprobar o desaprobar socialmente; será el que no sufre la crisis?…
Estamos a merced de unas cuantas personas sin escrúpulos, ¿cómo nos defendemos ante eso?.
¿Quien controla a los que controlan?
Reivindico los derechos que me corresponden según la Constitución Española y un reparto equitativo de las riquezas; el disenso y el derecho a la diferencia; vindico el derecho a vivir!!
¿Qué opinas?