¡Dejémonos ya de guerras absurdas entre hombres y mujeres!
Unas palabras para restaurar el masculino que todos y todas llevamos dentro.
Hombre de poder, hombre de fuego,
Que liberas los deseos del corazón
Hombre del interior y del exterior
Más fuerte que las dudas y miedo
Padre, Guerrero, Jefe, Amante,
Protector, Cazador, Profesor, Hermano,
Hombre Divino, Hombre de amor,
Hombre de la Tierra, Hombre de los Cielos,
Tu fuerza, Mi fuerza
Tu poder, Mi poder
Tu amor, Mi amor
Integridad, Honor, Compasión, Protección
Ternura, Estabilidad, Atención Apasionada
Hombre Divino, Hombre de Amor
Hombre de la Tierra, Hombre de los Cielos
(LA CURACIÓN DEL DIVINO MASCULINO
EL VUELO DE OSIRIS)
27-10-2023
El despertar de las mujeres como seres activos es un camino que cada una empieza -si lo empieza-, en un momento determinado y en unas circunstancias concretas.
No es lo mismo una mujer en el ámbito rural, que una mujer de la ciudad, o una mujer educada en otra cultura, o una mujer con hij@s y otra sin descendencia.., por poner ejemplos.
No podemos reducir nuestro pensamiento a la propia circunstancia personal. No todas vamos al mismo ritmo ni por el mismo sendero.
Identidad, sexualidad
También los hombres llevan su propio ritmo y están determinados por numerosos y diferentes factores cada uno.
Convivimos muchas realidades y muchas circunstancias en paralelo.
Por eso creo injustos esos comentarios hacia las mujeres «¿qué más queréis?», «eso de la discriminación era antes», o pensar que con «recoger la cocina» está todo bien.
Incluso para las que «tenemos las cosas claras», a veces es bueno echar la vista atrás y entender nuestro comportamiento como sociedad; e incluso repasar la historia.
También os recomiendo echar un vistazo a la pestaña «Biografías» de este mismo sitio, Historias en femenino.
🙂 Salud!
Publico este artículo relacionado con «El precio del Patriarcado», con la sola intención de hacernos reflexionar íntimamente tanto a hombres como a mujeres; para conseguir unas relaciones personales -y sexuales- más sanas que contribuyan a nuestro bienestar emocional.
La dimensión sexual humana es algo que nos atraviesa porque vive con nosotras; es inherente al ser humano y todo lo que nos rodea nos influye a la hora de vivirla.
Por ello no podemos obviar las diferencias de género por las que todas y todos en mayor o menor medida estamos influenciadas.
Identidad
Hice un intento de realizar un taller experimental en este sentido pero no tuve respuesta ninguna.
No voy a buscar porqués. Personalmente es algo que ha marcado mi vida -cómo no-, y seguiré trabajando para poner mi granito de arena en hacer de ésta una sociedad más justa para todas y para todos.
Siguiendo las reflexiones anteriores, partir de que las mujeres de ahora somos el producto de grandes cambios sociales.
Solemos vivir entre la paradoja de conservar, transmitir, acatar los «mandatos maternos», y la necesidad de diferenciarnos de las «mujeres de antes». Esto nos puede dar recursos de vida, pero a la vez nos crea problemas complejos y podemos llegar a vivir en constante contradicción.Identidad, patriarcado, sexualidad
«…Se trata de un dilema para las hijas criadas en el patriarcado. El anhelo de ser tú misma y el anhelo de ser cuidada, se convierten en necesidades que compiten entre sí, parece que tengamos que elegir entre una de las dos. Esto sucede porque tu empoderamiento está limitado en la medida en que tu madre ha internalizado las creencias patriarcales y espera que tú las acates. La presión de tu madre para que no crezcas depende principalmente de dos factores:
1) el grado en que ella haya internalizado las creencias patriarcales limitantes de su propia madre y
2) el alcance de sus propias carencias por estar divorciada de su yo verdadero. Estas dos cosas mutilan la capacidad de la madre de iniciar a su hija a su propia vida….»
(La Ruptura del Linaje Materno y el Precio de Volverse Auténtica)
No podemos olvidarnos que las mujeres hemos sido educadas para cuidar a los demás, para cumplir los deseos del otro (ya sea marido, hermano o padre… o cualquiera que necesite cuidados).
Las mujeres hemos sido educadas para satisfacer las necesidades emocionales de los demás, como decía Simone de Beauvoir en «El segundo sexo»:
«…La mujer se determina y se diferencia con relación al hombre, y no este con relación a ella; la mujer es lo inesencial frente a lo esencial. El es el Sujeto, él es lo Absoluto; ella es lo Otro…»
Pero ¿y nuestras necesidades? Vivimos soñando que cuando encontremos un marido seremos felices porque encontraremos a alguien que llene esas carencias afectivas. Y no.
Seguimos viviendo y necesitando por encima de todo la aprobación masculina.
Seguimos por ello compitiendo entre nosotras y solemos convertirnos en algo que sea socialmente aceptado y seguimos perpetuando nuestra particular y cruel paradoja, sin saber muy bien quien somos y qué queremos.
A nadie le importa.Virginia
Deja tu comentario 🙂
¿Qué opinas?