…esa clase social privilegiada cada vez más evidente…
…aunque no podría encontrar mejor definición que la aportada por L.A.Clarín en la que es considerada su obra cumbre, La Regenta. Clarín somete a una irónica crítica a todos los estamentos de la ciudad: la aristocracia decadente, el clero corrupto, las damas hipócritas, los partidos políticos…
Novela del siglo XIX que no puede estar más a la orden del día; porque la hipocresía, la corrupción, la política… son temas muy, pero que muy actuales en este siglo XXI.
El gobierno va a subir el sueldo a los funcionarios.
Desde la precariedad y el desempleo me pregunto cuándo se va a hacer una remodelación, una reorganización de las instituciones públicas para que sean eficaces y den respuesta a la ciudadanía; después hablamos de sueldos…
Cuándo se va a penalizar a los funcionarios/funcionarias que no cumplen su trabajo, cuándo se va a evaluar si esa persona que en su día aprobó un examen y que le dió derecho a un trabajo de por vida, sigue teniendo aptitud y actitud para merecer tal privilegio. Cuándo por ley estas personas funcionarias públicas tendrán que actualizar su capacidad para seguir desempeñando su tarea como todo hijo de vecino…
No es justo generalizar, pero lo estoy haciendo.
Hablo desde mi experiencia como personal contratado en estos feudos donde se mascan el amiguismo, el egoísmo y la competencia. En cualquier despacho, lo público se vuelve privado y tu presencia solo parece incordiar a esta clase acomodada.
Al fin y al cabo la administración pública sirve al gobierno y huele como todo lo relacionado con el poder.
Y es que algo que se ha asumido desde siempre, ahora se vuelve insoportable.
Cuando tenemos que oir que se está disminuyendo el paro y hay que aguantar empleos y sueldos indignos; cuando las ayudas económicas son miserables y encima no llegan… resulta humillante como algunos y algunas se pavonean delante de nuestras narices alardeando de normas y leyes.
Espero que esta entrada levante ampoyas.
(Publicada el 26-01-2018)
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Claro, nada hay mejor para un padre o una madre que su hijo o su hija estudie oposiciones y tenga un sueldo de por vida.
Pero ¿a costa de qué?
El trabajar en una Administración no es otra cosa más que trabajar para el poder establecido, es servir a los poderosos de turno.
Es renunciar a tus principios (si los tienes), a tu creatividad, a tu imaginación, a tu iniciativa… para obedecer lo que dicta la ley sin rechistar. Porque un buen funcionario/a acata órdenes sin responder. Todo a cambio de un salario fijo y a unas buenas condiciones de trabajo.
Lo que es un derecho de tod@s se convierte en el privilegio de algun@s.
Los funcionarios sean de izquierdas o de derechas se convierten en gente acomodada que les estorba todo lo que se salga de su zona de confort.
Conozco a mucha gente entre el funcionariado, y siempre me queda una espinita clavada cuando l@s veo en alguna manifestación o afiliad@s a algún sindicato, porque ell@s con su garantía de empleo por ley, no son capaces de enfrentarse al poder.
Quizás a mí, parada de larga duración, me cueste “menos trabajo” porque no tengo nada que perder.
(Actualizada 05-10-2020)
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