Una visión del patriarcado en los ojos de una niña, preguntas y respuestas.
Y unas pinceladas históricas que enumero después 🙂
El Catalejo
Toda la curiosidad del mundo se le acumulaba en aquellos anteojos. Nunca le habían regalado nada tan mágico.
La emoción de su regalo se vio turbada por la noticia que acababa de oír, “una mujer había sido asesinada a manos de su marido”
Otra… pensó.
Todavía era pequeña, pero era consciente de su feminidad y no podía dejar de preguntarse qué le depararía el futuro.
Como si aquel alargado artilugio pudiera desvelarle algún secreto miró curiosa a través de él, y atónita comprobó que no podía despegarlo de su cara.

…Parecían felices. Los hombres solían ir de caza en las mañanas, mientras las mujeres y los niños buscaban frutas y leña para las comidas. Algunas por su avanzado estado de gestación, se quedaban en la cueva preparando las pieles que les servían de abrigo. Y la chavalería se perdía por el bosque para buscar algo de pesca, decían…
El Catalejo
Todo parecía armónico hasta que la imagen comenzó a ennegrecerse. Marta no quería ver más pero seguía sin poder despegar su cara del artilugio.
Comenzó a ponerse muy nerviosa y puso toda su energía en separarse del catalejo, hasta que el sonido de una ventosa cuando se despega le anunció que había conseguido su propósito.
Corrió presurosa a casa y tropezó con padre.
– Papá, ¿por qué hay machismo?.
El padre enrojeció; no supo si por vergüenza de género o porque aquella pregunta le pillaba desprevenido.
– Yo creo Marta, que cuando el hombre quiso adueñarse de un terreno para asegurarse el sustento, se apropió también de una mujer para asegurar la continuidad de la sangre… y a partir de ahí, lo doméstico se convirtió en el reino femenino.
A la niña le vinieron las imágenes del catalejo y volvió a salir corriendo. Demasiadas preguntas inundaban su cabeza. Ella no quería tener hijos, ni siquiera novio, y de mayor quería ser astronauta.
¿Qué tendría que hacer para conseguirlo?, ¿se lo permitirían?…
Siguió corriendo y tropezó con madre. Le hizo la misma pregunta que acababa de hacerle a su padre.
– Mamá, ¿por qué hay machismo?
La mujer no se mostró tan extrañada por la pregunta.
– Ayy hija, yo creo que es una cuestión biológica. Desde el momento en el que las mujeres tenemos la capacidad de concebir, recae en nosotras todo el trabajo de la crianza y de los cuidados, y no sólo de la descendencia, ¡ojo!, sino también el de la ascendencia. Yo me lo he preguntado muchas veces, hay muchas mujeres que nos rebelamos, pero parece que tiene que pasar mucho para que veamos cambios reales… ¡A lo mejor a tí te da tiempo! -y le guiñó un ojo.
El catalejo
Sonaba la radio y abrió el noticiario otra terrible noticia: habían violado entre cuatro hombres a una chica de tan solo dos años mayor que Marta.
Una ola de indignación y miedo le recorrió todo el cuerpo.
Entonces empezó a pensar que no podría salir sola y tendría que ir acompañada a todas partes, que tendría que tener mucho cuidado en qué decir y qué hacer…
¡Qué horror!
Se levantó y no pudo dejar de correr mirando asustada para todos lados; acabó en el colegio y entró en el aula de literatura, esa tarde había actividades extraescolares.
Tuvo suerte. Había más niñas que niños y se atrevió a hacer la pregunta:
– ¿Por qué se utiliza el masculino como genérico para referirse a ambos géneros?, podemos usar entonces también el femenino como génerico?
Se generó un debate acalorado que no tranquilizó ni esclareció los interrogantes de Marta.
Fue de nuevo corriendo hacia su casa y se encerró en su cuarto.
No podía parar de llorar.
El catalejo
Pensó en su vecino Andrés, lo simpático que era y lo mal que trataba a su compañera Loli; pensó en Susana, su amiga gordita que los chicos se reían de ella a pesar de que era la que mejor notas sacaba en la clase; pensó que siempre elegían niños para ser delegados; pensó en su madre que había dedicado su vida a cuidarla a ella, a su hermano y a su padre… ¡Ella no quería ser como su madre!
Se secó los ojos y vio el catalejo. Se lo acercó a la cara y otra vez se le pegó al rostro; hasta que no vio un arcoiris alumbrando a una mujer aferrada a la tierra, no pudo despegarse el artilugio de la cara.
Una enorme sonrisa afloró en su rostro y se sintió orgullosa de haber nacido mujer. No dejaría nunca que nada ni nadie se interpusiera entre ella y sus sueños.
Y volvió a salir corriendo…

Un poco de Historia
Los orígenes del Patriarcado son difusos.
En el Paleolítico los expertos suponen que los humanos vivían en sociedades igualitarias y poco jerarquizadas, donde la violencia y las agresiones fueron escasas y puntuales.
En el Neolítico, se da la transición de las llamadas sociedades cazadoras-recolectoras a las agrícolas y ganaderas, lo que supuso profundos cambios en todos los aspectos de la vida; el ascenso de la demografía y la concentración de poblaciones pudieron haber constituido un caldo de cultivo propicio para la proliferación de la violencia (Marylene Patou-Mathis).
En este clima donde la violencia empezaba a brotar cada vez más frecuentemente, el patriarcado, -el dominio, explotación y sometimiento de las mujeres por parte de los hombres-, representaría una forma más de agresividad que habría germinado en el nuevo estilo de convivencia que el sedentarismo trajo consigo.
El Catalejo
En la actualidad sin embargo, no existe una respuesta clara sobre el posible origen del sistema patriarcal, pero existe consenso al considerar que esclarecerlo constituye una búsqueda apasionante.
La forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón tiene múltiples explicaciones.
Algunas pistas:
– Génesis 2. 21 «Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas… Y de la costilla hizo una mujer y la trajo al hombre».
Génesis 3.16 «Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos y con dolor los darás a luz. Perp tu deseo te llevará a tu marido y él tendrá autoridad sobre tí».
Hesíodo, Los trabajos y los días, 800 a.C. «…los hombres habían vivido hasta entonces libres de fatigas y enfermedades, pero Pandora abrió un ánfora que contenía todos los males»
– Gerda Lerner (1920-2013) “El origen del patriarcado”.
Deja de lado la victimización de las mujeres, así como el mito del matriarcado, para afrontar un análisis que nos lleva a otras preguntas…
Y surge el Feminismo liberador para las mujeres:
FEMINISMO DE LA PRIMERA OLA: Ilustración y Revolución Francesa
El Feminismo, es el hijo no querido de la Revolución francesa, ya que “sin derechos civiles para las mujeres no hay revolución, la libertad, la igualdad y la fraternidad se refieren a la igualdad entre varones.”
Olimpia de Gouges, feminista, abolicionista «Declaración de derechos de la mujer y la ciudadana» (1791) …si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna». Murió guillotinada.
Mary Wollstonecraft, «Vindicación de los derechos de la mujer (1792) …las mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación, y que hombres y mujeres deberían ser tratados como seres racionales…».
SEGUNDA OLA DE FEMINISMO: El sufragismo.
Se inicia en Estados Unidos y el Reino Unido a mediados del siglo XIX.
Fechas en las que se consiguió el sufragio femenino en distintos paises:
– Inglaterra, 1918
– España, 1931
– En Estados Unido solo para mujeres blancas, 1920
Incluyendo a las mujeres negras, 1967
– En Francia, 1944
– En Argentina, 1947
– Arabia Saudí, 2015
TERCERA OLA, el Feminismo contemporáneo:
«El segundo sexo» de Simone de Beauvoir, podemos decirque hace de visagra entre la ola feminista sufragista, y la contemporánea.
Elizabeth Evans, la «confusión que rodea lo que constituye el feminismo de la tercera ola es, en algunos aspectos, es su característica definitoria».
Betty Friedan, «La mística de la Feminidad» (1963), marca un inicio de resurgir del movimiento feminista que había decaído tras la guerrra y tras haber conseguido algunos derechos.
Se debaten temas que se centran en cuestiones personales como la sexualidad, la familia, las violaciones dentro del matrimonio, el divorcio…
Y aparece el feminismo radical y la revolución sexual:
Kate Millet (feminismo radical, S.XX), el patriarcado con sus papeles y posiciones sociales no deriva de la esencia humana, sino que el origen del patriarcado es histórico y cultural. No existe disparidad mental intelectual ni emocional entre los sexos.
Esto son esbozos de un movimiento demonizado por el patriarcado, por ser la herramienta con la que removemos los cimientos de sistemas de organización social injustos y opresores.
Y para terminar con una imagen bonita, hacer mención a la Pachamama, o Madre Tierra, es una deidad venerada por ser generadora de la vida, símbolo de fecundidad. También se ha utilizado como metáfora de la esencia femenina.
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