Cómo surgió «Una historia de Desenfreno».
Este relato surgió en la época en la que estaba cursando un Máster de Sexología, allá por el 2000.
Siempre me ha llamado eso de la literatura y quería contar la historia de una mujer que descubría los placeres del sexo, para mostrar en mi relato un abanico de experiencias y opciones sexuales. El personaje principal pues, sería femenino.
Pero cuando empiezo a escribir, los personajes de la historia en cuestión, van apropiándose de su vida y yo voy pasando a un segundo plano. Van cambiando los acontecimientos, y en esta ocasión, el personaje masculino fue adquiriendo cada vez más fuerza.
Me sucedía también que en esa época estaba viviendo un proceso personal muy frustrante. La tienda-taller de artesanía que con tanta ilusión y esfuerzo había puesto en marcha, estaba viendo su final. La catarsis que produce en mí la escritura, estaba creando un “monstruo” destructivo, que se convertirá en el protagonista masculino de la historia. Esta sería la “explicación literaria”.
Una historia de Desenfreno
Pero mi cabecita inquieta continúa la reflexión. Porque esta historia, que es una historia de violencia hacia la mujer, surge de una mujer de ideas feministas. Y yo me pregunto, ¿tan interiorizado tenemos el papel de la mujer como víctima, que el verdugo tenía que ser indiscutiblemente un hombre?.
Con lo que he explicado antes, a Sagrario podría habérsele ido la cabeza agobiada en ese pueblo maldito, y haber asesinado a algún pintor o haberle pegado una paliza al bucólico cabrero. Pero no. Mi subconsciente femenino y feminista, tenía claro el rol de víctima y el de verdugo.
Esto es lo que nos vende nuestra sociedad. Y ¿es lo que nos venden porque es lo que hay?, o ¿es lo que hay porque es lo que nos venden?
Y surgen más preguntas, ¿la infancia del cabrero, justifica su actitud?, ¿pudo la profesora actuar de otra manera para evitar que le sucediera lo que le sucedió?, ¿puedes ponerte en la piel del verdugo?, ¿y en el de la víctima?…
«Una historia de Desenfreno» la podéis encontrar en mi libreto «Eras» formato económico; publicado en el 2013 y que con nuevas aportaciones y actualizaciones, está basado en Relatos con Sensualidad del 2006, que tuvo muy buena acogida.
Es una historia muy peculiar donde se mezclan el sexo, la intriga, el género, la violencia…
Es una historia a la que se le puede sacar mucho jugo, deja tu comentario 😉
Capítulo 1
La vida de Sagrario transcurría tranquila en ese pueblo.
Había ido a cubrir una baja laboral de tres meses y llevaba ya casi ocho. Salvo las escapadas que alguna vez había hecho a su ciudad, su vida en la aldea se reducía al día a día en el colegio.
Sagrario era profesora.
Raimundo el cabrero que llevaba la leche a la escuela para los desayunos, y Eduarda, a la que le había alquilado la planta de arriba de su casa como vivienda, eran prácticamente sus relaciones.
Raimundo era moreno y tenía un lunar en la mejilla derecha, que le daba junto a su cuerpo grande y fuerte un aspecto atractivo. Apenas conocerlo Sagrario se sintió atraída por él, pero conforme fue pasando el tiempo le resultó un ser desconcertante y descartó hasta la posibilidad de mantener una simple conversación. Cuando Raimundo estaba cerca, Sagrario tenía la constante sensación de ser observada.
Al principio la profesora recibía esas miradas con agrado como señal de acercamiento. Pero cuando en alguna ocasión había intentado conversar con el hombre, el cabrero contestaba simples monosílabos con la cabeza baja o la mirada esquiva. Definitivamente no se sentía agusto en su presencia, incluso se sentía incómoda. Sagrario decidió limitar su relación a una de superficial cortesía.
Una historia de Desenfreno
Eduarda era una señora mayor que estaba encantada de tener allí a la profesora, porque desde que murió su marido era la soledad su única compaña. Sus hijos iban a visitarla de vez en cuando, pero a ella nunca le resultaba suficiente. “Ya podrían haberme llevado a vivir con ellos…”, era su letanía diaria.
Pasaban los días para Sagrario ayudando a Eduarda y atendiendo a los niños y a las niñas en la escuela. Nada variaba sus recién adquiridas costumbres, hasta que una mañana recibió una carta del ayuntamiento de la mancomunidad, comunicándole que el colegio del pueblo iba a participar en un programa de inserción laboral. Una escuela taller de pintura iría por allí a hacer prácticas y de paso a darle un lavado de cara a las instalaciones del centro.
Una gran emoción invadió a la profesora; por fin algo alteraba la monótona rutina de ese pueblo que a veces le resultaba maldito.
Pero la emoción fue más intensa, cuando a la semana siguiente recibió una furgoneta con trece hombres que durante un mes trabajarían a su lado.
Aquello hizo que Sagrario cayera en la cuenta que desde que se separó de su novio hacía ya casi un año, no había mantenido relaciones sexuales.
Relatos Eróticos, libro
Esa noche después de cenar, la urgencia hizo que inquieta subiera a su cuarto. Un impulso se apoderó de ella y no pudo evitar colocarse frente al espejo, quitarse las bragas y sentarse en el sillón con las piernas abiertas. Observó su sexo y tocó su clítoris impaciente. Comenzó a excitarse pensando en todos esos hombres alrededor de ella poniéndose a sus órdenes; y mientras miraba su cuerpo sin recato, introdujo en su vagina dos de sus dedos que no pararon de moverse.
Jadeó involuntaria y explosiva, imaginando dentro de ella el sexo duro de Raimundo.
Capítulo 2
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19-07-2017
Para superar los fracasos, las frustraciones y las injusticias tomar una posición de víctima puede proporcionar cierto alivio que, sin embargo, es ficticio y momentáneo. Lo que de ninguna manera va a hacer es ayudarte a superar eso que necesita ser superado (Mario Alonso Puig)