Capítulo 1
Capítulo 2
Al día siguiente Sagrario despertó espléndida. La noche anterior había sido memorable. Era la primera vez que se masturbaba y pensó lo mismo que con tantas cosas… ¡¿por qué no lo habría hecho antes?!. Se arregló y caminó presurosa para el colegio.
Había pensado aprovechar ese mes en el que los niños y las niñas permanecerían en sus casas, para ordenar y clasificar un montón de material que descansaba almacenado en los armarios. Y por supuesto para deshacerse de algunos.
Doña Lola la profesora a la que estaba sustituyendo, aparte de enseñar parecía tener afición al coleccionismo; había trabajos y libros con fecha de hacía por lo menos diez años.
Pero antes de nada aquel día había que ir a comprar material de pintura, y Sagrario como buena anfitriona acompañó al encargado del curso.
Marcharon en la vieja moto de uno de los hijos de Eduarda y fueron al almacén más cercano que quedaba no demasiado lejos de la aldea.
Manuel era alto, y aunque no podía decirse que fuera un hombre guapo, su aspecto en conjunto resultaba agradable.
Él conducía. Era un caluroso día de verano y hasta la moto parecía sentirlo, porque hacía ruido e iba muy despacio. Aún así Sagrario no pudo resistirse a agarrar el pecho del hombre, mientras sentía los baches del camino en su sexo sudoroso, y sus senos juguetones bailando sobre la espalda del conductor.
A Sagrario le sorprendían las sensaciones que estaba descubriendo. Siempre se había considerado una muchacha corriente, si por corriente entendemos una chica responsable. Había tenido dos novios y sólo con el último había hecho el amor.
Pero ahora estaba sintiendo el despertar de unos impulsos que habían permanecido escondidos todo ese tiempo, y la idea de tener una aventura con alguno de aquellos hombres se convirtió en una obsesión para ella.
Llegaron al almacén y Manuel no paraba de mirar de reojo a la profesora que actuaba con naturalidad. Viéndola rellenar la factura inocentemente parecía que no, pero él juraría que la mujer se le había estado insinuando; todavía podía sentir el calor de sus pechos sobre la espalda.
Manuel dudó de sí mismo y pensó que quizás estaba viendo cosas donde no las había, porque hacía tiempo que necesitaba compañía femenina.
Desde su separación, sólo había hecho el amor aquella noche de la que lo único que recuerda, es el tremendo dolor de cabeza con el que amaneció en aquella cama extraña.
Una historia de Desenfreno, Capítulo 2
Camino de regreso Sagrario impúdica volvió a rozarse con la espalda del hombre. Sólo que esta vez Manuel no se contuvo y paró la moto después de atravesar un bache. Indicó nervioso a la mujer que bajara. Le preguntó contrariado qué pretendía con esa actitud.
Pero Sagrario sin mediar palabra e incapaz de dar crédito a su comportamiento, se arrodilló ante Manuel para coger entre sus manos una verga que contraria a las palabras del hombre, esperaba erecta la boca de la profesora.
Y mientras su osadía era acompañada de una inútil verborrea, Sagrario chupaba con deleite hasta que a Manuel no le quedó más remedio que dejarse hacer.
Se entretuvieron saciando los apetitos y la mujer fue sorprendida cuando el hombre la embistió por detrás cual perro en celo. Al principio se tensó temerosa, pero Manuel no estaba dispuesto a parar y como experto amante redujo el ritmo de sus embestidas y masajeó su clítoris.
Sagrario se relajó y experimentó una sensación nueva.
Y con la excitación y el cantar de los pájaros, nadie se percató de que Raimundo, el cabrero, escondido tras unos matorrales, lo estaba presenciando todo.
20-06-2017
Capítulo 3
Deja tu comentario y si quieres recibir en tu corre un aviso de la próxima entrada, suscríbete a la web!
¿Qué opinas?