A veces pienso que Pablo ha tenido la decencia de irse de la política con esta farsa de la Plandemia. No sé si demasiado tarde.
Pero es significativo que se haya «cortado la coleta»
23-05-2021
No es haber recibido la lección lo que nos salva, sino el haber sabido aprovecharla.
George Canning
He manifestado en esta web la simpatía y la esperanza que “el coletas” y Podemos despertó en mí hace no muchos años. Incluso hice mis pinitos en política y me afilié al partido.
Así este post es más bien una “obligación moral”. Pablo Iglesias abandona la política tras las elecciones del 4 de Mayo 2021 en Madrid; y yo añadiría que tras muchos ataques mediáticos, sociales y políticos.
El discurso teórico que Pablo Iglesias defiende y ha defendido siempre, en los últimos tiempos junto a un gobierno en coalición con el PSOE, cuadra con mis ideas; y sin embargo me siento tan ingenua que ahora me da hasta pudor.
Mi patética realidad socioeconómica y la plandemia, han hecho que mis simpatías políticas se tambaleen. Mi inconformismo y mi tenacidad, me ha llevado a investigar hasta encontrar una explicación, a una realidad que me han impuesto y a la que llevo viéndole incongruencias desde el principio.
Por eso durante este tiempo, aun siendo del Partido Popular, he encontrado afinidades con las decisiones de la tan vapuleada Isabel Díaz Ayuso ganadora de estas elecciones madrileñas.

Bajo mi punto de vista en este tiempo de “pandemia”, el papel que ha jugado el gobierno de coalición (PSOE-Unidas Podemos), ha sido patético. Solo han hecho propaganda y se han bajado los pantalones ante el capital.
Pedro Sánchez nunca acabó de gustarme, pero me preguntaba a qué jugaba Podemos en toda esta farsa. Me ha costado aceptar que el líder al que tanto he defendido ha sido un títere más en este circo. Mientras nos han vendido la preocupación por el pueblo, nos han llevado a la ruina. Y la única que les ha hecho frente ha sido Ayuso, que además es mujer. A Vox lo dejo fuera del escenario.
Incongruencias
Así que cada vez soy más escéptica en lo que se refiere al poder. A mis oídos han llegado palabras alentadoras, pero la esperanza de que las cosas cambien, no existen.
No sé cómo cambiar la situación de parada de larga duración con cincuenta años; por mucho que estudie y no decaiga en el intento. Me parece muy triste que mi sino sea vivir con cuatrocientos euros, mientras los poderosos no paran de acumular riqueza.
Cada vez les tengo menos respeto, y sus discursos en mis orejas son palabras huecas.
En cuanto a la cita del principio, me pregunto cuántas veces ha de repetirse la historia para que el ser humano reaccione.
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